viernes, 18 de septiembre de 2009

MI FAMILIA



Yo sería muy poco sin mi familia. Ellos han completado mi vida y le han dado sentido. Charo fue la primera y sigue siendo la primera. Yo no sabría como seguir viviendo sin ella. La vida nos fue madurando a los dos para que un día llegáramos a fundirnos en un tierno abrazo que durara para siempre y así llevamos casi 26 años, luchando juntos, buscando juntos, y ¿como no? peleando juntos cuando hace falta porque uno sólo nunca pelea. Otra manera de seguir juntos. Luego nos reímos, cantamos por que los dos cantamos muy bien. Otro día os cuento más de Charo.

Luego llegó María. El misterio soñado de la que va a venir o del que va a venir porque en aquel tiempo, en el medio en que vivíamos, todavía no había modo de averiguarlo. "Si fuera niño lo llamamos Tomás, como el padre de Charo". Queríamos mucho a Tomás que en aquellos días
estaba muy malito. Fue niña y se llamó María, como mi madre que acababa de morir unos meses antes. Su nombre fue María Anesu, porque alguien nos dijo que era un nombre muy bonito y muy significativo, "Dios con nosotros " (Mwari Anesu). Tomás, el hijo varón, vino cuatro años después y un amigo nuestro nos pidió que le añadiéramos otro nombre Thembinkosi, "espera en el Señor". Y cuatro años más tarde la pequeña Isabel Shantani, o sea "alegraos". Los cuatros nacieron cada uno en un año Olímpico, 1984, 1988 y 1992.

Y después de estas tres medallas de oro con las que fuimos condecorados, nos salimos de las Olimpiadas definitivamente para dedicarnos a sacarlos de paseo, a jugar con ellos y a vivir con ellos todos estos años. Ahora, como pasa con todos los nidos, los dos mayores ya se han ido volando aunque siguen acordándose del nido y vuelven a él cada poco desde muy lejos. Shantani está con nosotros porque su nombre es 'alegraos'.

Y aquí nos tenéis a los cinco.

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